Pau Rubio
Un sitio increíble y una atención inmejorable. Las vistas desde el piso de las habitaciones son espectaculares, se dispone de distintos telescopios para la observación de las aves de la marisma. Las habitaciones cómodas y muy bien. También hay unos miradores a pie de laguna exclusivos para los residentes, el paseo es maravilloso. El museo muy interesante y didáctico, también disponen de una tienda en la que poder comprar guías, camisetas, recuerdos... En cuanto a los miradores externos, Orueta está muy alejado de la marisma para mi gusto y equipamiento (prismáticos de 8x32, supongo que con telescopio está bien) pero el de Ozollo es muy bonito, sobretodo para ver el amanecer y a las aves en ese momento del día. Recalco de nuevo la gran atención del personal... un sitio del que no quieres marcharte y para volver siempre que se pueda. Imprescindible para todo tipo de amantes de las aves, desde los más primerizos a los más experimentados!